Tan joven, nadando entre la esperanza, de que algún día, el amor venga a rescatarla. Tanta inocencia se pierde con el Sol, entre el mar y la montaña. Se vuelve mujer, una y otra vez pidiéndole a la Luna que cuide de ella. Pero no llega ese amor con el que sueña. Aún así, sigue intentando no arrastrarse ante una soledad, que dicen, que duele, que marchita. Regresa otra vez el día, el amor sigue siendo su mejor vestido. No se pinta los labios por miedo al que dirán, su cabello suelto; como seda, baila, no se atreve a gritar, podría espantarle. Pero no llega y siente que algo no anda bien. Entonces como por arte de magia, pasa una golondrina. La invita a quererse, a abandonar aquel inhóspito lugar, la invita a encontrarse, a dejar de temer, y a no pedirle nada más al grisáceo cielo. Sin entender palabra, hace caso. Empieza a caminar lentamente, no piensa en absolutamente nada; de cualquier modo sólo había estado esperando, sigue caminando lentamente, su sombra le empieza a pesar, pero su corazón se agita. Entonces corre, pero sin desesperación alguna, ¡ Ha alcanzado la libertad !. No se reconoce ya frente al espejo y se pregunta, ¿ por qué tengo que esperar? Entonces entendió, que el amor, eran las palabras de la golondrina.
EL AMOR SIEMPRE, TE DARÁ LA LIBERTAD.
Yaneli Morales.