Moriría en sus brazos
cuando me pide disculpas
con un abrazo.
Cuando tímidamente
se funde con mi cuerpo
y encuentra el calor,
ese que un día decidió,
que era el que necesitaba
para vivir.
Y moriría a gusto,
sabiendo que quien ama,
no puede renunciar
al ser amado.
Yaneli Morales
yanelimorales.com