Cuando pierdes la fe es el momento exacto en el que lo pierdes todo.
Otra vez sin rumbo. Esta vez, sin ganas de empezar, sin fuerzas.
Quizás me salve que nunca he sido cobarde, quizás empezar a ser cobarde sea lo que me salve.
Otra vez conteniendo lágrimas, gritando suspiros, de pie muriendo en silencio.
Pero quien aprende a volar no necesita alas, sólo tiempo para juntar sus pedazos, para entender las señales que nos da la vida.
Hoy es un día para olvidar.
Yaneli Morales