Hace algún tiempo; en el barrio de Lavapiés en Madrid Capital, conocí a un Ilustrado Señor que de profesión es Químico.
Pasaba horas en su laboratorio inventado; sin apenas recursos, trabajando en aquella pócima maravillosa.
Cada tarde de camino al trabajo me asomaba en la única ventana que tenía aquel milimétrico espacio y le saludaba.
De paso y apurada como de costumbre le preguntaba cómo iba con aquel proyecto.
También como de costumbre se enrollaba en largas charlas que tenía que cortar no por falta de interés, si no por falta de tiempo.
Contaba que iba avanzando, había probado con rosas rojas,estancias en Hoteles de Cinco Estrellas, cenas en restaurantes de comida Francesa, idas al cine; siempre procurando películas románticas, con masajes japoneses y cuanta cosa existe que condujera a descubrir aquello que como resultado debería arrojar,
«La Fórmula del Amor» .
Después de pasado tres años la Fórmula no dio los resultados esperados.
Para ese entonces yo ya me había retirado a Griñón, un pueblo tranquilo a las afueras de Madrid.
La dichosa casualidad o causalidad hizo que nos encontráramos en la Estación de Trenes de Atocha. Con alegría, le pregunté sobre la fórmula y sin apuros respondió.
-Se me olvidó lo más importante, después de un tiempo he vuelto a empezar.
-¿Y qué es lo más importante? , rápido pregunté.
Cabizbajo me respondió….
-Sólo presta atención. Esa es la fórmula.
Quedé muda, le di un abrazo y seguí mi camino.
iCuánto tiempo se hubiera ahorrado y cuán feliz sería aún!
No hay fórmula. Entendí que sólo el tiempo que emplees observando y escuchando a tu pareja, es lo que logrará que nazca la magia del amor.
iPresta atención!
Yaneli Morales©
WWW.YANELIMORALES.COM
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Yaneli Morales 