Una acción deja de ser buena si se ejecuta para hacer sentir bien al otro, porque el resultado es una obligación.
Por ende la energía que le impregnas ya no es tan buena. Y somos energía.
Como conclusión supuestamente estás haciendo algo «bueno», pero no vas a recibir algo bueno a cambio porque la intención es buena pero la energía no.
Cuando esto sucede llega el arrepentimiento y la pregunta, ¿por qué lo hice?
Haz lo que te apetezca, cuando te apetezca y no intentes complacer si no te complace.
Así es el mundo de relativo.
Aprendamos a vivir desde la base que no siempre es ver, tocar, oler, este mundo es muchísimo más que eso.
Pero sobre todo, este mundo eres tú.
Yaneli Morales
