Yo elijo creer lo que quiero pero sobre todo lo que me funciona.
Crecí sintiéndome la rara porque se supone que sí eres mujer tienes que tener dolores menstruales, mal humor por ello y tienes que vivir en un constante drama que incluyen pataletas para conseguir lo que quieres.
Nunca tuve un dolor de ovarios; ya ni siquiera tengo menstruación, y además detesto el drama; porque no lo necesito.
No lo necesito porque desde muy temprana edad supe que lo único que tienes que hacer para satisfacer tus necesidades, es tener metas y ganas de salir adelante.
¿Eso significa que no soy mujer?
O que soy una mujer especial. Pues no.
Creo que estamos programadas, más bien mal programadas.
Creo que si te repiten mil veces que caminar descalza te dará dolor de ovarios, pues llegará el momento en que te dará dolor de ovarios.
¿Qué somos diferentes los hombres y las mujeres? ¡Pues claro que somos diferentes!
Pero ni el hombre es un maldito perro infiel ni la mujer una santa.
Hoy llamo a las mujeres a que dejen de creerse especiales por el hecho de ser mujeres y se pongan a hacer cosas diferentes para tener una vida especial.
Porque la grandeza radica en lo que se hace y se deja como legado y no en lo que se repite.
Corta el ciclo, y hazlo tú, porque querida amiga, los ciclos se repiten una y otra vez.
Recuerda que si tienes el valor de cortar ese hilo que te ata, estarás trenzando un futuro prometedor para tus próximas generaciones.
Y sí soy mujer. Una mujer que entendió que los hombres son complemento. Son algo más que sostén.
Y algunos sí saben de sexo.
Porque el amor es importante, pero los orgasmos no tienen precio.
Yaneli Morales
#despertandoalmasdormidas