Reflexiones

La matemática del amor

Se le da mucha importancia al amor pero al amor que no es genuino. Ese amor envuelto en regalos y «detalles» y ese amor que viene de los demás hacia nosotros.

El que conlleva altos niveles de aceptación y fotos para un recuerdo que no se vive día a día.

¿Y el amor propio dónde queda?

El que no necesita ni Domingos en familia ni catorces de Febreros. El que hace que des lo que realmente tienes y no el que espera por migajas. No el que se sustenta en expectativas ni margaritas jugando a adivinar.

De ahí viene esta necesidad de aparentar y este yugo de que llegará un día en que los demás tienen lo que no tienes tú.

La respuesta es que no te tienes.

Si te tuvieras sabrías que una obra de amor es arrancar una sonrisa o darle de comer a los más necesitados. Si te tuvieras no te preocuparía quién no te tiene.

Cuando la soledad duele es porque te has perdido intentando llenarte con los pedazos de otros que tal vez tampoco se amen a ellos mismos.

Así llevan vuestras vidas. Tratando de llenarse estando vacíos.

El amor es dar; y lo de dar sin recibir nada a cambio, es un sin sentido.

Cuando estamos llenos de amor no recibir nada a cambio es lo menos importante. Porque cuando se sabe lo que se vale, no se acepta menos de lo que se vale.

Es la matemática del amor puro. Te doy todo lo que tengo en mi interior y no espero menos porque te doy más.

Dejemos las banalidades y vivamos. No existe otro amor que el que sientes por ti y se ve reflejado en las acciones que haces por los demás.

Ámate para que no necesites que te amen.

Y disfruta cada día de tu vida. Llena, feliz.

Yaneli Morales

Deja un comentario