Dejó la ventana
abierta
por si acaso
regresaba
dejó la puerta
cerrada
era capricho
de dama.
Sola su alma
vagaba
sin apenas un
testigo
al viento lanzó
el hilo
escondida la
navaja.
Por suerte cruzó
los dedos
se alejó de la
estación
a lo lejos un
farol
le guiaba a su
morada.
El dolor era tan
fuerte
que la pena le
empujaba
a buscar otro
destino
a dormir en otra
cama.
La ventana aún
está abierta
nunca más se
regresó
el dolor ya está
olvidado
y el hilo ya se
rompió.
Yaneli Morales.