Calla ese dolor maldito
deja florecer tus manos
a un café dulce yo invito
hablar de amor escuchamos.
Quedó mirando perdida
y se me erizó la piel
vi la lágrima caer
vi muy dentro de la herida.
Recordó la despedida
el beso a media asta
porque al amor no le basta
en el amor no hay medida.
Lentamente suspiraba
regresando de lo profundo
él se convirtió en su mundo
ella sin alas quedaba.
Quedó sin alas, sin ganas
y un cielo perenne gris
quedó desnuda ante mí
como oveja sin su lana.
Era fría esa mañana
yo sólo le di un abrazo
quien entrega el corazón
puede quedar en pedazos.
Pero conservas tus brazos
y una bonita sonrisa
aún conservas del amor
aquellas tiernas caricias.
Deja que limpie la brisa
esas lágrimas que ciegan
lo que daña y envenena
te hace fuerte y te eleva.
Yaneli Morales.