
De manera extraña todos nos quejamos y al mismo tiempo no queremos oír hablar de problemas.
Vamos por la Vida sin argumentos, como soldados desarmados esperando la montaña que nunca llega y hablando del Amor sin tan siquiera haberlo sentido, confundiendo sentimientos y disfrazando los miedos.
Vamos dando consejos que no han sido aprobados por ningún estudio científico porque creemos en nosotros y en nuestras habilidades aunque de manera extraña solemos desconfiar del aconsejado.
Así vamos, con temor a morir, dejando pasar los minutos que a la larga se convierten en años, nadie cree en los libros abiertos, e incluso, dicen que de buenas intenciones está hecho el camino al infierno.
Entonces me asalta esa duda existencial de para qué vivimos. Si no somos capaces de confiar y si cuando confíamos nos traicionan, ¿para qué o por quién merece la pena desvertirnos para dejar en blanco nuestra alma sacudida?.
Ante tanta duda me sumerjo en mi imperio de letras; una vez más, escribo para nadie, creyendo que es para todos.
Yaneli Morales.
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