Reflexiones

BIEN VALE LA PENA SENTIRLO.

Hace más de 20 años; y hasta parece que ha llovido poco, cuando estudiaba Derecho en la Universidad de la Habana, tuve la osadía de colarme en una clase en la Facultad de Psicología donde impartía clases el afamado Profesor Calviño más conocido por “Bien vale la pena”. Bien vale la pena es un programa de Televisión el cual era casi obligatorio ver porque en aquel entonces sólo existían sólo dos canales, seleccionar se hacía imposible.

 

La cuestión es que el hombre es un psicólogo práctico, Dr Honoris Causa, que a todo le encuentra  una diáfana solución. Yo era tan joven que no entendía la mitad pero si prestaba mucha atención. Aquel día fue mágico, estaba cumpliendo uno de mis sueños, en ese momento, escuchar a Joaquín Sabina era lo único que hubiera podido superarlo; años más tarde lo conseguí.

 

El tema en cuestión son las palabras de aquel hombre afamado, las que recuerdo una y otra vez. Quizás nadie las recuerde producto de la edad pero yo las grabé en lo más profundo de mi conciencia.

 

Aquel día aquel psicólogo dijo, con los sentimientos hay que tener el mayor de los cuidados, no vale callarlos ni expresarlos, ni demostrarlos ni ocultarlos, hay que encontrar la delgada línea de hacer vibrar con los sentimientos al ser querido. Cuando acaricias se te tiene que ver el brillo en la mirada, cuando besas tienes que elevar a la otra persona hacia el deseo, cuando callas esa persona tiene que saber que le estás diciendo todo.

 

Entender aquellas palabras con apenas 19 años era tarea difícil, hoy entiendo que lo que enamora no es ni un te amo ni una rosa, lo que enamora es el roce de dos cuerpos desnudos, completamente desnudos, almas incluidas, sabiendo que son el uno para el otro.

 

Porque las palabras mienten y el dinero compra detalles, pero dos alientos bien cerca sudando y bailando a la sombra de un te amo, eso si, bien vale la pena.

 

“A veces hay que escuchar para luego vivir, a veces hay que escuchar para no tenerlo que vivir”.

 

 

Yaneli Morales.

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