Reflexiones

Dios viene a las mujeres

De esos escritos que te cambian la vida 💛

¿Alguna vez se han dado cuenta de cómo en las Escrituras los hombres siempre suben a las montañas para encontrarse con el Señor?

Sin embargo, en las Escrituras casi nunca se habla de mujeres que van a las montañas.
Pero sabemos por qué, ¿verdad?

Porque las mujeres estaban muy ocupadas en mantener la vida en marcha;
no podían abandonar a los bebés,
comidas,
hogares,
fuegos,
jardines,
y mil responsabilidades para subir a las montañas!

Estaba hablando con una amiga el otro día,
diciendo que como mujer moderna
me siento como si nunca estuviera lo suficientemente «libre»
de mis responsabilidades,
nunca encuentro un espacio lo suficientemente tranquilo para
encontrarme con Dios.

Su respuesta me sorprendió,
“Por eso Dios viene a las mujeres.
Los hombres tienen que escalar la montaña para encontrarse con Dios, pero Dios viene a las mujeres dondequiera que ellas estén. ”

He estado reflexionando en sus palabras durante semanas y he buscado mi Biblia
para ver si lo que ella dijo es verdad.
Dios viene a las mujeres
donde ellas están,
cuando están haciendo su ordinario Trabajo diario.

Él se encuentra con ellas en el pozo,
donde sacan agua para sus familias,
en sus hogares,
en sus cocinas,
en sus jardines.

Él viene a ellas
mientras se sientan junto a lechos de enfermos,
mientras dan a luz,
cuidado de los ancianos,
y realizan los ritos de duelo y entierro necesarios.

Incluso en la tumba vacía,
María fue la primera en presenciar la resurrección de Cristo,
ella estaba allí porque estaba haciendo la tarea femenina de preparar adecuadamente el cuerpo de Cristo para el entierro.

En estas aparentemente mundanas
y tareas ordinarias,
estas mujeres de las Escrituras se encontraron cara a cara con la divinidad.

Así que, como yo, alguna vez empiezas a lamentarte del hecho de que no tienes tanto tiempo para pasar en las montañas con Dios como te gustaría.
Recuerda, Dios viene a las mujeres.
Él sabe dónde estamos y las cargas que llevamos. Él nos ve, y si abrimos los ojos y el corazón lo veremos, incluso en los lugares más ordinarios y en las cosas más ordinarias.

Él vive. Y está usando un tiempo como este para hablar con mujeres de todo el mundo.

Heather F.

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