Caminó entre sus
penas
entre lo que ya había
olvidado
y recordó que fue un
segundo
lo que lo que le cambió
el rumbo.
Fue el segundo en que
decidió
que su felicidad podía
construirla
y no tirarla al viento.
Esta vez voló entre sus
alegrías
despidiendo lo que a sus
ojos
hicieran humedecer.
Y no camina para que la
miren
camina para encontrar lo
anhelado.
La luz del otro lado de lo
soñado.
Camina para ser grande sin
olvidar
quien la quiso hacer pequeña.
Yaneli Morales.