Es parte de nuestras vidas; con ciertas experiencias vividas y unas cuantas cicatrices, aprender a contar nuestra historia. Es casi obligatorio, y no para que nadie derrame una lágrima, para inspirar.
Yo personalmente tenía el concepto equivocado, o para mí era regla número uno, que nadie me dijera lo que tenía que hacer. Aún sigue siendo regla número uno, pero para mí. Yo soy de las que me caigo y me levanto pero esa soy yo.
Entonces entendí, que yo puedo pero muchas personas no. Muchas personas necesitan ayuda, necesitan una palabra, un consuelo, una historia en la que inspirarse.
Entonces tú, que lo tienes todo porque aprendiste a levantarte, no dejes a otros tirados en el suelo.
Cuenta tu historia, nunca sabes quien te necesita.
Habla para todos aunque sólo te escuche el necesitado.
Inspira al necesitado, y muchos estaremos agradecidos.
Yo aprendí a contar mi historia el día que entendí, que contarla era limpiar mi alma.
Yaneli Morales.