
Renunciaste a tu instinto
por aquellos besos grises
marcabas en tu destino
imborrables cicatrices.
No te sentías amada
pero dabas el poder
no es que la vida sea cruel
del hoy depende el mañana.
Ni te invitaba a la calma
ni te regalaba abrazos
se fueron creando lazos
de tormentas en el fuego.
Yo que sé de caballeros
sabía que no te amaba
tú también lo presentías
mas preferiste hacer nada.
No sabías que buscabas
por eso llegó el dolor
confundiste el amor
con el llanto en la almohada.
Aún en las madrugadas
recuerdas los días tristes
quien no se siente querida
cae en las garras del tigre.
Aprendida la lección
ahora nada te confunde
amor propio lo primero
ya puedes mirar las luces.
Esas que a ti te conducen
al más bello porvenir
ahora sí puedes sentir
el amor es sabor dulce.
Yaneli Morales.
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